Una de las lecciones que los animales, por su esperanza de vida más corta, nos suelen dar es que toda vida que empieza tiene que terminar en algún momento. Éste suele ser siempre un momento trájico y es algo para lo que debemos preparar al niño.
Muchos padres, ante la muerte de una mascota, intentan ocultar lo sucedido a sus hijos con el fin de protegerlos. Si pueden, algunos intentan comprar una mascota igual (sobre todo si son peces, pájaros o hámsters) con la esperanza de que el niño no se dé cuenta. Si es muy pequeño, puede que le pase inadvertido el cambio, pero lo habitual es que se den cuenta de que el animal ha sufrido algún cambio (una mancha aquí, más tamaño...). También están las típicas excusas de "se ha escapado", "se ha ido con su mamá", "está en una granja con otros animalitos felices como él", "se ha marchado con su novia"...
En cualquier caso, metir al niño, aunque puede hacernos sentir mejor a nosotros, no es necesariamente lo mejor para él. Los padres tendrán que valorar la madurez del pequeño y, en función de su edad, explicarle lo que ha pasado. Esto puede llevar a conversaciones sobre el significado de la muerte y cómo entendemos nosotros que debe afrontarse este proceso. Es importante hablar de ello con naturalidad y explicar a nuestros hijos que, aunque todos echaremos de menos a nuestra mascota, la muerte es algo que forma parte de la vida.
Si tienes alguna creencia religiosa o transcendente, puede ser una oportunidad de explicar algunos aspectos sobre cómo tu religión o tus creencias afrontan el momento de morir. Si no tienes creencias transcendentes, es una oportunidad de afrontar con tus hijos el hecho de que todos los seres vivos estamos sujetos a las normas de las naturaleza y que esta vida es un regalo que debemos disfrutar, ya que, en algún momento, tocará a su fin.
Hay que comprender también que para el niño puede ser duro. Comentarios como: "Si sólo era un..."pez, pájaro, ratón, hamster...)" son muy contraproducentes y añadirán más dolor al niño, que se sentirá recriminado por estar pasándolo mal cuando ha perdido algo que para él era importante. Es necesario acompañar ese dolor, dejar que lo exprese y hablar de ello con tranquilidad y ayudándole a entender lo que está pasando.
A veces, podemos anticipar estas situaciones por la edad de la mascota, alguna enfermedad... No tiene sentido que esperéis al último momento para explicar a vuestros hijos lo que la vejez o la enfermedad anticipan. La muerte no debería ser una sorpresa desagradable, sino algo que llega y que el niño sabe que, tarde o temprano, tiene que suceder.
Si tenéis intención de introducir otra mascota en casa, es bueno que habléis con el niño de la posibilidad y que respetéis sus tiempos. Igual quiere esperar un poco. Si no, es necesario que le expliquéis que la nueva mascota no será exactamente como la otra: No hará los mismos trucos, no reaccionará igual ante los mismo estímulos, no le gustarán las mismas golosinas... Y, sobre todo, será un nuevo animalillo al que educar y criar, una nueva oportunidad de tener un amigo que no sustituye al anterior, sino que nos aporta algo nuevo y merece ser valorado por sí mismo.
Un aspecto que debéis tener en cuenta es que quizá no podáis enterrar a vuestra mascota donde queráis, incluso aunque sea vuestro propio jardín o finca. Existen motivos de salud pública para que esto sea así. Enteraos bien de la legislación municipal sobre estos temas para no tener luego un problema.
A veces, podemos anticipar estas situaciones por la edad de la mascota, alguna enfermedad... No tiene sentido que esperéis al último momento para explicar a vuestros hijos lo que la vejez o la enfermedad anticipan. La muerte no debería ser una sorpresa desagradable, sino algo que llega y que el niño sabe que, tarde o temprano, tiene que suceder.
Si tenéis intención de introducir otra mascota en casa, es bueno que habléis con el niño de la posibilidad y que respetéis sus tiempos. Igual quiere esperar un poco. Si no, es necesario que le expliquéis que la nueva mascota no será exactamente como la otra: No hará los mismos trucos, no reaccionará igual ante los mismo estímulos, no le gustarán las mismas golosinas... Y, sobre todo, será un nuevo animalillo al que educar y criar, una nueva oportunidad de tener un amigo que no sustituye al anterior, sino que nos aporta algo nuevo y merece ser valorado por sí mismo.
Un aspecto que debéis tener en cuenta es que quizá no podáis enterrar a vuestra mascota donde queráis, incluso aunque sea vuestro propio jardín o finca. Existen motivos de salud pública para que esto sea así. Enteraos bien de la legislación municipal sobre estos temas para no tener luego un problema.
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