lunes, 19 de abril de 2010

Peces para principiantes


Muchos piensan que los peces son mascotas sosas y sin interés, pero nada más lejos de la realidad. Observarlos y cuidarlos puede ofrecer grandes satisfacciones a aquellos dispuestos a poner una pecera en su vida. La gran variedad de peces y peceras permite que estos animales estén al alcance de cualquier aficionado, siempre y cuando se informe bien y esté dispuesto a dedicarles tiempo y cuidados. 

En esta entrada, voy a hablar de cinco variedades de peces especialmente fáciles de cuidar, para aquellos que se estén planteando introducirse en este apasionante mundo con buen pie. En cualquier caso, acércate a una tienda especializada de confianza y consulta sin miedo sobre el mundo de la acuarofilia, para informarte de forma más precisa sobre la especie que más te conviene.
Guppy

De la familia de los pecílidos, estos pececillos caribeños destacan por su gran facilidad para reproducirse en cautividad, ya que son viviparos y sus crías no sufren los riesgos de una fase embrionaria dentro de un huevo expuesto a predadores. 


Son peces de agua salada y ligeramente alcalina. La temperatura ideal de la misma ronda los 18-27 ºC.

Su alimentación es omnivora, por lo que tendremos que ofrecerles alimento vivo (pulgas de agua, larvas de mosquito...) y también plantas (algas, espinacas...). Su dieta debe ser equilibrada y ligeramente más carnívora durante su "infancia". 

Son peces sociales y, si les ofreces la oportunidad, es muy posible que se reproduzcan, así que prepárate, porque estos pequeñuelos pueden llenarte la pecera de chiquitajos (hasta 40 crías por puesta) tras 4 semanas de gestación. Además, aunque separes a los machos, las hembras pueden haber almacenado su semen y criar "misteriosamente" cuando no lo esperabas. No obstante, es un falso mito que estos pececillos cambien de sexo, aunque pueden tener una madurez sexual tardía o alteraciones físicas que nos llamen a engaño.

Platy


Es el típico pez de acuario. Proviene de la zona meridional de Méjico y aguas septentrionales de Guatemala y Honduras.

Son peces omnívoros, que disfrutan comiendo pequeños insectos, mariscos, algas... Lo mejor es ofrecerles una alimentación variada.

La temperatura recomendable del agua sería sobre los 20-27 ºC, siendo esta más bien dura y con un Ph neutro. Además, es muy recomendable que en el acuario haya abundancia de plantas, especialmente si vamos a criar.

Son peces sociables que pueden convivir con otras especies pacíficas. Se suele recomendar introducir varias hembras por macho. 

Si quieres criar, es recomendable separar la zona en la que se realizará la puesta y colocar abundantes plantas en ella, para que las crías puedan esconderse, porque, aunque son ovovivíparos, (mantienen los huevos dentro hasta que eclosionan), las propias madres podrían comerse a las crías, de las que se desentienden una vez paridas. 

Barbus


Existen distintos tipos de barbus: tetrazona, cereza, freantus... Cada uno es de una zona distinta, pero con mucho en común, entre otras cosas que es sencillo cuidar de ellos en un acuario.

Son peces omnívoros, que pueden llegar a atacar a otros peces, especialmente sus aletas. Por ello, es recomendable tener cuidado con las variedades que introducimos en el acuario con ellos. Además, pueden ser agresivos si no se encuentran en cardumen (banco de peces). 

El agua ideal dependerá de la variedad, aunque casi todos pueden vivir en aguas moderadamente ácidas o alcalinas, a temperaturas de entre 20 y 26 ºC. En cualquier caso, no se suele recomendar que el agua sobrepase los 12º de dureza. 

No es difícil criar con ellos, aunque sean peces ovíparos. Eso sí, deberemos ofrecerles un buen lecho de plantas en las que puedan depositar sus huevos si queremos que tengan descendencia. Un aspecto importante a tener en cuenta en este caso es que no se recomienda criar en peceras con otras variedades de peces. En mi gimnasio, tenían una pecera variada y, cuando criaron con sus barbus, las crías se comieron todos los peces que no eran de su especie. 

Trichos

Los trichos son peces asiáticos, de los que también existe un cierto número de variedades, como el leeri o el trichopterus. 


Se adaptan bien a aguar ligeramente ácidas o alcalinas, que se encuentre a unos 20-24 ºC. Además, puede soportar aguas de dureza entre 35-40º, según la variedad. 

Como todos los anteriores, son peces omnívoros, que disfrutarán de buena salud si les ofrecemos una dieta variada. 

Prefieren vivir en parejas y necesitan un acuario con especies tranquilas, como lo son ellos mismos. Además, gustan de compartir acuario con otros peces de su especie, a parte de su pareja. 

Si quieres criar, es recomendable que pongas plantas flotantes, donde el macho preparará un nido de burbujas, en el que protejerá sus huevos, incluso de su propia madre. Cuando nazcan los alevines, sepáralos, para que los otros peces del acuario no den buena cuenta de ellos. 

Cebritas

Estos pececillos son muy agradecidos para los principiantes y se trata de la especie ovípara que cría con mayor facilidad. 

Es importante tener en cuenta que son peces sociales y no deben tenerse menos de 8-10 ejemplares en el acuario. Es difícil diferenciar machos de hembras, si no somos expertos, así que podemos pedir ayuda a nuestro vendedor de confianza para que nos enseñe a distinguirlos. Por otro lado, conviven bien con otras especies, siempre que sean pacíficas. 


Son omnívoros y, aunque se adaptan a los piensos para peces, agradecerán algo de comida viva de vez en cuando.

El agua ideal oscila en temperaturas entre los 18 y los 25 ºC, es ligeramente alcalina y de dureza media tirando a alta. Además, agradecen que el agua sea salobre, por lo que podemos disolver 1 gramo de sal gorda por litro de agua de la pecera. 

Si quieres criar, separa un número abundante de machos y hembras (preferiblemente doble de los primero que de las segundas) en una pecera pequeña con filtro y termostato. El fondo ideal tendrá 2-3 cm de bolas de vidrio. Alimenta a los peces con comida viva y mantenlos en la pecera 48 horas, antes de devolverlos a la pecera de los adultos. Cubre la pecera con una cartulina negra, que dejaremos cerca de una semana, antes de retirarla de forma progresiva (deberíamos tardar un par de días en el proceso). Lo ideal es alimentar a los alevines con comida viva. 

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