lunes, 1 de marzo de 2010

Adoptar un conejo

Hoy os voy a hablar de unas mascotas estupendas para aquellos que quieren un animal que pueda alternar entre una jaula y unos paseíllos por la casa: El conejo. Y, como nunca está de más hablar de adopción, vamos a ver dónde podríamos conseguir uno de estos maravillosos compañeros sin pasar por la tienda de animales.

Se suele hablar del conejo en genérico, pero lo cierto es que hay un gran número de razas: Enanos, cabeza de león, angora... Hay muchos tipos de conejos y, aunque todos requieren cuidados similares, también pueden variar en aspectos concretos como el tamaño de la jaula que necesitan, el número de cepillados, la cantidad de comida...

Los conejos son animales muy inteligentes y capaces de adaptarse a una gran variedad de dueños. A mí me gustan especialmente para los niños a partir de 5-6 años, porque, bajo la supervisión de sus padres, pueden responsabilizarse de prácticamente todos los cuidados de estos adorables animales. Sin embargo, no nos ceguemos por el hecho de que un niño quiera una mascota: El responsable último siempre es el adulto y, por tanto, quien debe garantizar que, si el niño falta a su responsabilidad, no sea a costa del pobre animalillo.

Hablamos de mascotas que pueden vivir entre 6 y 8 años, por lo que meterlo en casa "a ver qué pasa" no es una buena idea. Debemos asegurarnos de proporcionarle los cuidados necesarios para que tenga una vida longeva y feliz. Antes de decidirnos a tener uno, debemos sopesar el tiempo disponible, los costes que va a suponer, quién se va a ocupar de él, qué espacio vamos a poner a su disposición...

El primer paso es conseguir una jaula amplia, en la que el conejo tenga espacio suficiente para moverse, donde podamos delimitar bien un espacio para la comida y bebida, otro para el descanso y un tercero para las deposiciones. No olvidéis que muchas veces nos hacemos con un gazapo y que le queda tiempo de crecimiento, así que deberíamos calcular la jaula para su edad adulta, si no queremos tener que comprar una nueva jaula en poco tiempo.

Además, no debemos olvidar que el conejo necesita tener una buena cantidad de litera absorbente y limpia en la base de la jaula. El grosor debería estar por encima de los dos centímetros y habría que cambiárselo un par de veces por semana. Si quitamos la litera sucia y las heces a diario, podemos cambiarlo una vez a la semana, haciendo siempre una buena limpieza de la bandeja de la jaula con agua y jabón.

En cualquier caso, la jaula siempre tenderá a quedarse pequeña para el conejo a la hora de hacer ejercicio. Es bueno que lo saquemos con frecuencia, al menos un par de horas todos los días. Si tenemos jardín o patio, podemos aprovechar para que corretee un poco, siempre bajo nuestra supervisión y asegurándonos de que no hay ningún lugar por el que pueda escapar. Además, es importante estar pendiente de él, para evitar que mordisquee cables, con los que podría electrocutarse.

Hay gente que los pasea por la calle. A mí me asusta un poco, aunque reconozco que, con las precauciones necesarias, no tiene por qué haber ningún problema. Eso sí, siempre con arnés ajustable y correa.

Los conejos son rohedores y disfrutan mucho de todo tipo de vegetales. Existen en el mercado piensos comerciales sobre los que deberíamos basar su dieta. Sin embargo, es recomendable complementarla con fruta y hortalizas frescas. Por otro lado, cuando lo soltemos por casa o el jardín, debemos estar muy atentos para que no coma plantas decorativas que puedan ser tóxicas para él.

Un problema que debemos anticipar en estos bellos animales es el permanente crecimiento de sus dientes, que no se detiene en ningún momento de la vida. Por tanto, es esencial poner a su disposición mordedores en los que pueda desgastarlos. Si no se los ofrecemos, no deberemos extrañarnos si le pillamos mordisqueando los muebles de casa, porque morder cosas duras es para ellos una necesidad.

Todos los conejos deberían ser cepillados con frecuencia, especialmente los de pelo semilargo o largo. Es importante acostumbrarles desde pequeños para que luego no les resulte extraño. Si les bañamos, es preferible hacerlo con el buen tiempo y secarlos muy bien después, puesto que son muy sensibles a la temperatura y podrían enfermar.

Un aspecto que no debemos olvidar son las visitas veterinarias, con las que nos aseguraremos de que nuestra mascota esté en perfecto estado. Además, no deberíamos descartar la castración, especialmente cuando queramos que convivan ejemplares de distinto sexo juntos. Si no, nos pasaremos el día criando. En cualquier caso, es bueno también para los que viven solos o en compañía de otros de su sexo, porque evitamos que los machos marquen con la orina y prevenimos cánceres en las hembras.

Si crees que un conejo es la mascota que estás buscando, estás de enhorabuena. Existen bolsas de adopción como la de la Asociación Española de Amigos el ConejoAnimales en AdopciónConejicos; en las que podrás encontrar gazapos y conejos que buscan una segunda oportunidad. La mayoría ya están habituados al trato con personas, niños y otros animales; además de que te darán toda la información necesaria para cuidar del mejor modo posible al nuevo miembro de la familia. Bien adoptes, bien compres, no dudes en preguntarles cualquier duda que tengas antes de hacerte con uno de estos estupendos animales.

3 comentarios:

  1. No es que me esté planteando adoptar un conejo, pero un compañero de trabajo me contó una cosa que puede ser una pega a la hora de hacerse con uno de estos bichos.

    Resulta que, al ser una presa, los conejos son bastantes asustadizos y, el suyo en concreto, cada vez que oye un ruido fuerte o le asusta algo, se mea (para dejar su olor) y luego huye. Él le ha puesto un meadero en cada habitación, pero la verdad es que suena algo coñazo.

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  2. Mi prima tuvo uno que, no sólo era una presa, sino que le gustaba serlo. Jugaba con el perro al escondite por el jardín y lo pasaban en grande. Depende del ejemplar.

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  3. Yo tuve 2 conejos:
    Primero, uno de Angora, que no podía soltar por el jardín, porque hacía agujeros para intentar escaparse. Además, cada vez que lo cogía me intentaba arañar. Al final, lo tenía que tener en una jaula, y no lo podía sacar. Pero era super mono. Se me murió por comer Amapolas :-( Así que si alguna vez tenéis un conejo, que no coma amapolas.
    Después, me regalaron un conejo enano. Como ya tenía experiencia en esto de los conejos, ya no me dejaba arañar, e incluso le podía dejar correr por el jardín, y dejar que la perra lo encontrara. La perra se divertía, yo también, el conejo... no estoy tan segura.
    Lo que más molaba del conejo era darle "lecheras" que le encantaban. (http://es.wikipedia.org/wiki/Diente_de_le%C3%B3n)
    Pero daba mucho trabajo, yo era muuuuy joven, y la verdad es que cada vez jugaba menos con el conejo (tened en cuenta, que el conejo estaba en una jaula, en la calle, y en el invierno a ver quien es el guapo que se va a jugar con el conejo a 5 bajo cero).
    Al final, terminó cuidándolo mi padre.

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